Netflix no cambiará su modelo de compensación a los creadores: ¿Sirvió para algo la última huelga?

La huelga de guionistas y actores sacudió Hollywood durante al menos cuatro meses. Un periodo de piquetes y reclamas de la parte creativa de la industria que exigía entre otras cosas, una actualización de los convenios en los salarios y un mayor control en la utilización de la IA. Del mismo modo, los intérpretes exigieron un impuesto que representase el porcentaje de todo lo que aporta un servicio de streaming, más allá del acuerdo anterior al que la asociación de productores llegó con los escritores a través de «un bono basado en el éxito». Y es que aunque aquí pueda parecer un tanto extraño, en Estados Unidos el gran triunfo de un programa de televisión o de una película siempre se traducía en una compensación económica para todas las partes creativas del producto audiovisual. Una situación que ha cambiado drásticamente con la aparición del streaming y que representaba unos de los principales puntos de inflexión en las negociaciones del polémico parón laboral. Con el fin de la huelga hace casi ya un año, parecía que las principales marcas de vídeo bajo demanda cambiarían sus políticas de remuneración, pero ahora la directora de contenido de Netflix, Bela Bajaria, ha negado rotundamente los informes de que el servicio de streaming planea cambiar la forma en que paga a los creadores.

Desde hace algunos meses, se han dado varios informes en los medios que explicaban cómo «la gran N roja» planeaba modificar la forma en la que el estudio compensa a directores, guionistas e intérpretes sobre el contenido original y ajeno que la plataforma estrena mensualmente. Sin embargo, Bajaria ha desmentido todas estas noticias en el día de ayer, durante un evento llamado Bloomberg Screentime. Así, la mandamás en el campo del contenido fue muy directa con la prensa presente señalando que se han dado «invenciones absolutas»: «No vamos a cambiar nuestro modelo». Como líder de un mercado que alcanzó cierta saturación hace ya más de un año, la gigante audiovisual se ha visto «obligada» a tomar ciertas transformaciones polémicas con una finalidad estratégica. Esto supuso la introducción de la publicidad y la eliminación del sistema multicuentas. Decisiones que le han puesto en la picota popular, pero que después la mayoría de la competencia ha tenido que replicar.

No obstante, todo parece indicar por las palabras de Bajaria que la empresa fundada por Reed Hastings y Marc Randolph no será en esta ocasión, la primera en tomar la iniciativa en un cambio sobre la compensación creativa hacia los artistas. Teniendo esto en cuenta, es de suponer que nunca ha existido un acuerdo con los sindicatos para establecer ese trato más justo hacia los actores principales en la creación de las nuevas apuestas cinematográficas.

Netflix no va a cambiar su modelo

Bela Bajaría siguió expresando que algunos acuerdos diferenciados representaban una excepción dentro de la política de Netflix, pero que esta abogaría por mantener unos pagos similares en forma y cantidad: «Nuestro modelo funciona muy bien para los talentos y para los cineastas. A nosotros nos ha funcionado bien. Nos gusta. Ha funcionado durante mucho tiempo. Por eso no vamos a cambiar nuestro modelo de remuneración».

En su forma de trabajar, Netflix siempre ha pagado una prima por adelantado a los directores de cine y actores, quienes, sin salas de cine, no obtienen la compensación adicional vinculada al desempeño de la taquilla en una película. Por tanto, cuando algo explota de forma viral dentro del catálogo, los creadores no obtienen ni por asomo el rédito adicional de si esta fuese un fenómeno tipo Barbie o Del revés 2.

El futuro cercano de la compañía

En su charla con los periodistas, Bajaria habló de las ambiciones de la empresa en cuando a la retransmisión en vivo de los eventos deportivos, de un estreno más grande en cines para Puñales por la espalda 3, el anuncio de un programa de entrevistas rodadas en directo con John Mulaney y la confirmación de una segunda temporada para Nadie quiere esto.

El cambio de paradigma en el consumo audiovisual a través de la explosión de las plataformas de streaming ha cambiado el modelo de negocio y la explotación de las propiedades intelectuales. Generando un conflicto en la compensación económica que los diferentes implicados están al menos, intentando solventar. Por ejemplo, hace poco Apple discutió un cambio similar para su plataforma con un modelo que basaría el pago en la cantidad de personas que se registran en el servicio para ver su programa. Otras métricas incluían cuánto tiempo pasa un usuario viendo el contenido, así como cuánto cuesta el programa o la película en relación con la cantidad de personas que realmente lo ven.